Bueno, he aprovechado estos días de baja para leer El juego del ángel, de Carlos Ruíz Zafón. Después de las enormes expectativas que levantó su lanzamiento, lo cierto es que no recuerdo haber leído ninguna crítica después de la publicación del libro. No es que pretenda ocupar el lugar que corresponde a los críticos profesionales, pero he pensado que no estaría de más dar mi opinión al respecto.Como siempre, no deja de ser una opinión, y como tal, es perfectamente discutible (para eso están los comentarios en el blog, por si alguien se anima...)
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, con El juego del ángel, todo el mundo tenía en mente La sombra del viento, por lo que las comparaciones son inevitables. Desde que se inició la promoción del libro, se destacó que aunque la historia era independiente a la de La sombra del viento, había algunos puntos en común que le daban unidad a los dos libros...
Es cierto que aparecen lugares y personajes relacionados con La sombra del viento, pero poco más. Sin embargo, lo que más me ha decepcionado del libro ha sido la linealidad de la trama, los toques mágicos, la pérdida de contacto con la realidad. A decir verdad, dejé aparcado el libro unos días porque no podía evitar sentir que estaba leyendo el libro en el que se basó la película "El corazón del ángel" (hasta el título del libro es similar).
Quizás lo que más me gustó de La sombra del viento es la manera cómo se cuenta la historia, decubriendo un enfoque nuevo con cada uno de los personajes, y especialmente, en cómo al final todo encaja perfectamente, hasta el más mínimo detalle.
En El juego del ángel, el lector avanza a la sombra del protagonista, pero en todo momento sabes cuál es el siguiente paso, cómo va a evolucionar la historia: todo es demasiado predecible, todos los personajes se ajustan demasiado a un cliché...
Me quejo de la trama, que no de la forma. En este sentido, Ruíz Zafón me sigue enganchando con su manera de escribir, aunque quizás esta vez el ambiente de novela negra le marca también algunas pautas.
Probablemente volveré a leerlo, dentro de un tiempo, y le daré una segunda oportunidad. Quizás en una segunda lectura pueda disfrutar de un libro pasable, entretenido, que no da lo que las expectativas creadas por La sombra del viento habían hecho esperar de él.
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